Tomboy
Tomboy
Una familia se muda a las afueras de París. Laure, una niña de 10 años aprovecha su aspecto ambiguo para conformar su verdadera identidad. En el transcurso de la película Laure aprovecha que el resto de sus compañerxs le leen como chico para ser él mismo y participar de las actividades que realmente le interesan. La trama se complica cuando Lisa, una chica del grupo, se enamora de él.
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Lau_ra (viernes, 03 abril 2015 18:31)
Se trata de una película francesa que cuida los detalles y cuya historia se desarrolla en un ambiente íntimo. Protagonizada por la pequeña gran actriz Zoé Héran, el relato cuenta las vivencias de una niña que se muda con su familia –padre, madre y hermana pequeña-. La cinta muestra la buena relación que mantiene con los miembros de su familia. Un día, desde el balcón de su nuevo hogar, Laure, la protagonista, divisa un grupo de niños jugando y trata de unirse a ellos. En el camino se encuentra con otra niña que, guiada probablemente por estereotipos de género, comienza a tratarle en masculino. Laure de unos 11 años, cuyo aspecto puede asemejarse efectivamente con el de un niño -lleva el pelo muy corto y viste de forma deportiva- se deja envolver por esa creencia y se presenta como ‘Michael’. Después de esto, Lisa, la otra niña, y Michael, comienzan una bonita amistad, e incluso se deja entrever que a Lisa le gusta Michael, más allá de una mera amistad, cosa que a Michael no le disgusta. La integración en igualdad de Michael dentro del grupo de niños le enfrenta a las barreras que le impiden ser un niño ‘completo’. Michael examina su cuerpo, quizá lo único que le ata a la identidad femenina, especialmente cuando sus amigos proponen ir a bañarse al río. La angustia que sufre en esos momentos traspasa la pantalla y le hace recluirse durante unos días en casa. Tiene que poner en marcha estrategias muy distintas a las del resto de niños y niñas para sentirse incluida en el grupo. Es gratamente sorprendente ver la reacción de la hermana pequeña de Laure cuando se entera de que su hermana se hace pasar por un tal ‘Michael’, la pequeña no lo entiende en un principio, pero tras verse forzada a respaldar la coartada de Michael ante sus padres, se crea entre ellas una unión especial. Parece que, en este caso, la cantidad de prejuicios es inversamente proporcional a la edad. La hermana asume rápidamente que más allá del sexo de su hermana y de toda la historia de su vida en que la ha creído chica, Laure sigue siendo el mismo, el que quizá siempre ha sido. No destriparé el final de la película, pero aprovecho para recomendarla encarecidamente, pues muestra una visión muy temprana de lo que supone para una personita como es Laure haber sido condenada a vivir una identidad de género con la que no se identifica y que le impide disfrutar, en conclusión, de una vida potencialmente plena.